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sábado, 23 de octubre de 2010

MI HAYEDAL



Hoy, nuevamente te he visitado
y me recibes vestido de fiesta,
con un saludo te hablo
y me contesta el sonido de tus hojas.

Tú, bosquedal que lo hago mío
 y conmueves mis entrañas.
Tú, bosquedal  amado ,
que tanto misterio guardas.

Cuando me acerco en el estío,
te vistes y  recibes de verde gala
 ¡Tu hayedal, rebosante de vigor!
erguido como una carpa
capaz de eclipsar mil soles.

Recién llegado el otoño
te vuelvo a visitar
y tu vestimenta  es de la más
apreciada gala.
Hojas pintadas de mil tonalidades,
rojas, doradas, ocres, amarillentas.

¡Tú haya, reina,  querida,
Pronto quedarás desnuda, impúdica.
Ya las hojas desprendidas
 yaceran dormidas a tus piés,
muertas, más infundiendo calor
y cobijando tus entrañas.

¡Oh, haya querida, " Fagus sylvática ",
con razón te llamas así,
porque tus frutos los hayucos,
darán tu alimento invernal.

Tu reina haya, en la que tu mundo
se mueve en torno a la humedad,
lleno de nieblas y boiras
que desde iniciada la alborada
ya seducen tu corazón.
Nieblas que pegadas a tu cuerpo
y a tu piel hacen el amor.
¡ Haya seductora, sensual y erótica,
solitaria y en silencio  haces que tu penumbra
inviten al amor.

¡ Ay, hayedal amado, querido , deseado,
me seduce el aroma a tierra mojada,
me invitas a soñar  pisando tus hojas húmedas,
a sentir el eco  y gemido de la mujer amada.

Jose I Roca  H
(D. Reservados)

jueves, 14 de octubre de 2010

ME HE ACORDADO DE TI


ME HE ACORDADO DE TI


Cuando mis pasos lentamente
pisaban el bosque vestido de gala,
ya presagiaban mis pisadas
que el otoño estaba por venir,
me he acordado de ti.


¡ Hoy ! cuando el bosque está de fiesta
sus hayas se visten de dorado,
y los abetos le acompañan,
contemplo como los hayedos
se cubren de mil tonalidades,
me he acordado de ti.


Cuando la brisa del viento suave
desprendía sus hojas y jugaba con ellas
hasta su caída al suelo,
comprendía que el otoño
estaba por llegar,
me he acordado de ti.


Hojas de mi hayedal ya dormidas,
amarillentas y muertas, esperando
ser cubiertas por el manto níveo
del invierno presagiado,
me he acordado de ti.


Ya en la montaña solo silencio
interrumpido por los truenos
de las primeras tormentas,
luces halógenas de rayos
que rajan el firmamento,
me he acordado de ti.


De regreso, digo mi adiós
a mi Pirineo aragonés.
Atrás queda el nacimiento del Cinca,
el ruido de sus cascadas como fiel testigo
frente a mí, sombras impenetrables
de mi hayedal, bajo un cielo gris, 
humedad calenturienta  a tierra mojada,
me he acordado de ti.

 Jose Ignacio Roca H

 Pirineos "La Pineta"
Huesca
(D.Reservados)