Y llegará mi Otoño,
y las golondrinas agrupadas,
posarán a la caída de la tarde
en los tendídos eléctricos.
Tarde gris, el sol languidece,
bajo lluvia mansa.
Luvia que enjuaga las alas negras
haciéndolas relucientes y brillantes,
preparando el viaje de regreso
hacia tierras cálidas.
Mientras percibo henchido
el olor a tierra humedecida y mojada,
tras el largo estío de sequía prolongada.
Olor que produce y despierta
sentimientos sensuales de amar
en bosques solitarios
bajo la música de hojas barridas
por el viento.
Lluvia que limpia y hace diáfana la distancia,
lluvia que refresca la frente y el alma
en este esperado Otoño Granadino.
¡ Ay, lluvia que moja y limpia
las hojarascas recién caídas y muertas!.
¡ Ay, lluvia que al unísono, resbala y refresca
mi frente y mejillas!.
Luvia... ¡ Bendita lluvia !
que a modo de lágrimas inmaculadas,
caen y deslizan como ríos,
por mis surcos, huellas de dilatada vida.
Disimulando el llanto del desamor.
Levantado a la vez, mi mirada, hacia ese
cielo gris.
Lluvia que apacigua tristezas,
arrasando las difamaciones vertidas
sobre nuestras almas.
para así quedr limpias e inmaculadas.
¡ Lluvia, bendita lluvia !
Caída del Cielo y que Dios nos envía
para limpiar y dar de beber
al sediento solitario.
induciendo sentimientos de alegría y perdón.
J.I Roca H
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071115